Desmontando el Trono del Macho Alfa: Entre el Dominio y el Poder
Segunda Parte (¡Ensayo Satírico!)
Segunda Parte (¡Ensayo Satírico!)
por Guepardo Jiménez
En el número anterior de La Paila, al finalizar la primera parte de este ensayo, narré cómo Enrique insiste como un disco rayado en las supuestas razones biológicas que justificarían por qué los hombres deben actuar como líderes dominantes y someter al otro. Debido a esto, decidí remontarme al orígen de este concepto y las primeras investigaciones que se centraron en el comportamiento de las manadas de lobos y su aparente jerarquización. Sin embargo, un nuevo descubrimiento por parte de David Mech echó abajo la teoría de paja del macho alfa.
Resulta que, al estudiar manadas de lobos en su ambiente natural, David Mech se percató de que el mayor rango de la manada es ocupado por una pareja de lobos, específicamente, el macho y la hembra reproductores, mamá y papá. Y los lobos “subordinados”, es decir, los hijos, acatan la autoridad de los líderes por ser sus figuras paternas y protectoras. Esto nos permite observar que los lobos son la típica familia tradicional alcohólica, apostólica y romana, pero con menos disputas por los terrenos de los abuelos y dramas de infidelidad.
David Mech también destaca que la pareja reproductora establece relaciones de cooperación respecto a las tareas de la manada y el cuidado de las crías, siendo evidente la empatía y el altruismo entre los miembros de la manada. Esto constituye la antítesis de la antigua teoría del macho alfa, en la que el líder mantenía el poder y el orden a través del control y la represión.
Con relación a este punto, Mark Rakhilkin, el “empresario” y youtuber que mencioné en el segundo párrafo de este remedo de ensayo, afirma que un líder es naturalmente agresivo, ya debe demostrar que es él quien manda. Por esa razón, es válido violar el espacio personal de los demás con el fin de incomodarlos y dejarles claro quién posee la verga más grande.
Pero detengámonos un momento ¿Realmente existe un determinismo biológico que encasilla el comportamiento de toda especie animal en un patrón rígido y predeterminado, como si se tratase de ecuaciones matemáticas? Partamos dándole parcialmente la razón al erudito Mark, quien con sus 19 añitos presume de saber más que los demás, como si se tratase de un estudiante de la Facultad de Ciencias Humanas. Efectivamente, en el mundo animal existe un gran número de especies donde el poder es ostentado por un macho agresivo. Sin embargo, en numerosos estudios demuestran que los animales llegan a replantearse y modificar este tipo de jerarquías.
Por ejemplo, en la reserva de Keekorok, los machos agresivos y dominantes de una manada de simios, murieron por ingerir comida contaminada de un basurero, con su desaparición, las hembras instauraron relaciones sociales más pacíficas y tranquilas, estableciendo esto en una especie de ley. Dado que, si llegaba un macho de otra manada, debía adaptarse a las nuevas relaciones establecidas en el grupo. Me atrevo a decir, que este grupo de simias y sus crías siguió el ejemplo de muchas madres latinoamericanas que se hartan de sus alcohólicos y violentos esposos.
Como podemos evidenciar, ser el “alfa” no te convierte automáticamente en un miembro amado y querido por tu comunidad. Probablemente, Enrique en este momento elevaría su tono de voz para sonar más imponente, inflaría su pecho y declararía que los animales se dejan llevar por sus instintos y son seres completamente irracionales, incapaces de ser conscientes sobre lo que implica la amabilidad, el altruismo y la empatía en sociedad. No obstante, para el desagrado de Enrique, Franz de Waal, un primatólogo y biólogo neerlandés-estadounidense, presenta un contraejemplo fascinante en su libro “El bonobo y el ateo: en busca de humanismo entre los primates”.
Franz de Waal, autor de "El bonobo y el ateo: En busaca de humanismo entre los primates.
Allí expone el caso de Amos, un simio querido y sociable que mantuvo su posición como líder mediante lazos de cooperación y habilidad para resolver conflictos. Cuando este simio falleció, fue despedido con cariño por los miembros de su manada, quienes se mostraron afectados por la pérdida de su carismático líder. De forma similar, Jill Pruetz, una primatóloga y antropóloga estadounidense que estudia primates en Senegal, afirmó en su libro “los chimpancés de Fongoli: ecología del comportamiento de un simio africano” que, en una ocasión, un macho agresivo fue asesinado y devorado por los miembros del grupo tras ser derrotado por su contrincante. Pruetz argumenta que esto puede interpretarse como una respuesta colectiva al comportamiento agresivo prolongado de este líder autoritario.
Jill Pruetz, autora de “los chimpancés de Fongoli: ecología del comportamiento de un simio africano”
Otro ejemplo a destacar, que pone a tambalear los argumentos de Enrique y Mark como un ciego durante un terremoto, es la forma alterna en que un simio puede obtener el poder. Jane Goodall, una reconocida etóloga inglesa, expone en su libro “En la senda del hombre” que un simio macho, considerado débil, puede obtener el puesto de líder al cosechar relaciones estratégicas y de ayuda mutua en su manada.
Esto resalta la importancia de la capacidad de negociación, la empatía y el buen trato de un líder hacia los miembros de su grupo, revelando que no todo en el mundo animal es como se pinta y que sus relaciones sociales son igual de complejas que las de los seres humanos. Además, no se encuentran determinadas únicamente por la agresividad, la violencia y la coerción, poniendo en tela de juicio la “naturalidad” de la violencia y el comportamiento agresivo de los líderes macho, posición defendida a raja tabla por Enrique y Mark quienes fantasean de forma enfermiza con la idea de someter a cualquier persona que se tope con ellos.
Jane Goodall, autora de “En la senda del hombre”
Durante esta segunda parte del ensayo, se desmontaron varios argumentos de Enrique y Mark con relación a la supuesta naturalidad del comportamiento alfa y sus relaciones jerárquicas coercitivas. Una vez tumbada la casa de paja, nos vamos por la casita de madera; allí encontramos los postulados de este par de cerdos alfa con relación a la seducción y el cortejo femenino. Sin embargo, este punto será desarrollado en la tercera y última parte del ensayo, que podrás encontrar próximamente en el número tres de nuestra revista, por esa razón, te invito a estar pendiente de nuestros canales de comunicación, allí informaremos la fecha de publicación de la siguiente entrega.