¿Y ahora?
Me preguntas con tus ojos severos e inflexibles,
pero con un dolor que amenaza con inundarlos.

Ahora, abrázame fuerte
porque es lo único que te puedo brindar:
la certeza del presente compuesta
por el calor de mi cuerpo,
mi corazón latiendo apaciblemente
e invitando al tuyo a seguirlo,
mi respiración tranquila y profunda,
que trata de capturar en cada bocanada
tu esencia para guardarla en mí.

Ahora, mi príncipe hermoso,
recibe mis primeros poemas de amor
que contrastan con todas las cartas de autodesprecio
que escribía antes de conocerte,
sabiendo que eres tú
el autor de semejante proeza,
el mago que dio luz
a mi oscura existencia.

Ahora, come bien, duerme bien,
sigue mirándome con tus ojos enamorados,
concéntrate en mi sonrisa,
déjate llevar por mis malos chistes,
los pedazos de canciones que te dedico,
mis bailes improvisados,
mis ocurrencias que me permiten
crearte un pequeño instante de paz
en el que te puedes refugiar,
mi amor bello.

Ahora, confía en mí como yo confío en ti.
Sabes que soy fuerte
y sabré cómo apoyarte
en cada instante que lo necesites,
porque tu amor me hace fuerte.