El canto de una miríada de alondras titila en la noche sobre el fulguroso
mar
sueño sólo un momento
¡qué soberbía más grande!
No resuena mi corazón con el canto de una alondra
ni tiembla mi voz de camino al arroyuelo
sueño sólo un momento
Se ha desplegado ya sobre los campos la noche
¡ qué soberbia más grande!,
si al querer fundirme entre el paso al arroyuelo no levanto mi rostro
y descubro,
que es es la lluvia quien devuelve el llanto entre el sonido de tu voz.
Soberbia, de porfidio Barba Jacob
Si se disipan los sueños; quedamos allí: en el v i e n t o
Locura
—Shhhh—
de eso se habla pasitico,
dilo susurrando:
que nadie escuche.
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Un ave anida ahora
en mi corazón
-¿la escuchas?
Acércate un poco más
<<dama pequeñísima>> Emily dickinson
Dejo estos mis trazos
que son trozos de mis sueños
y dime por favor,
qué hay cuando se une el grafito con tu voz
Por Kenya,,,