Tome la sartén por el mango


Préstenos su corazón un momento, póngalo sobre la paila, obsérvelo con atención: pondremos un poco de fuego, algo de movimiento y un poco de sal.

Deje que se mueva libremente en la paila, permita que salga un instante, que quede suspendido en el aire (dese un tiempo para mirar su sombra) y, sobre todo, escúchelo. Solo así, sabrá cómo sortear su corazón dentro de estas páginas.