por Mariposa Reciclada
Ilustración cortesía de @lioviotzi
Hace poco en un programa de entrevistas, escuché la frase "la discapacidad es mental" dicha por un para-atleta. Esta frase resonó en mí, porque la he escuchado a lo largo de mi vida. Después de un cuadro depresivo, sintiendo culpa por no haber cumplido con las metas que se supone debí haber cumplido a mi edad; después de asistir a una entrevista de trabajo y que me rechazaran porque la empresa no estaba adaptada para que yo trabajara, o que no pudiera hacer pasantías en el sitio que elegí porque "aquí no recibimos personas con discapacidad"; después de ponerme en riesgo al transitar en mi silla de ruedas Fusagasugá y Bogotá, entendí que no todo estaba en mi mente, que las barreras sociales son reales, que el espacio público inaccesible para mí es real y que mis límites físicos también lo son.
Esto lo puedo contrastar con lo que dice el acuerdo de la convención por los derechos de las personas con discapacidad de la ONU (2006), el cual afirma que "la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás" y salvando lo de "personas con deficiencias", que podría cambiarse por “personas con diversidad funcional”, no existen entonces personas con discapacidad como tal, sino entornos discapacitantes y actitudes discapacitantes.
Entonces me pregunté cuál era la función de esta frase en mi vida o de qué me sirve pensar que la discapacidad está en la mente, y me di cuenta de que a través de esa frase había logrado un montón de cosas: estudié un postgrado, participé en muchos proyectos sociales y culturales, aprendí múltiples artes y temas que me permiten relacionarme con una gran variedad de personas. Me sirvió a mí para no victimizarme. Luego se volvió una carga porque asumí una responsabilidad que no era solo mía.
Después guglié esta frase y en los primeros resultados apareció una compilación de frases motivadoras expresadas por famosos con diversidad funcional, lo cual confirma la conclusión a la que había llegado antes, porque al revisar la biografía de cada uno de ellos, me dí cuenta de que contaban con recursos que yo no tengo y que hacen sus entornos sean menos discapacitantes. Aun así, necesitan frases motivadoras porque el dolor, el rechazo social y las otras barreras también los afecta.
Este tren de pensamientos me llevó a la idea de que esta frase también funciona socialmente como un analgésico de culpa. Yo siempre he sabido de qué soy capaz, entre otras cosas, gracias a las actitudes de mi entorno familiar que me lo han mostrado de esa manera, y esa frase la he escuchado cuando hablo de mis logros con personas que no han sido parte de ellos, como si quisieran subestimar los recursos y personas que se han movilizado para hacer posible esto, porque entonces el que ellos no se hubieran también movilizado no hace tanto la diferencia. Por lo que esta frase se siente como una medallita al mérito, pero no alivia la sensación de que esto es una responsabilidad únicamente mía y de mi familia.
Para redondear la idea, lo que quiero decir con todo esto es que si se encuentra usted con una persona con diversidad funcional que ha tenido logros, no se limite a felicitarla con la frase “es que definitivamente, la discapacidad es mental”, pregúntese por todos los recursos que se tuvieron que movilizar para que esto fuera posible, y las personas que estuvieron apoyando, de manera que sí usted se encuentra en nuestro camino, también pueda hacer parte de los logros y metas que tenemos, y ya no sea un mero espectador que al finalizar la lucha ofrece una medallita al mérito que no le corresponde dar.